22 de enero de 2007

Lo siento...

Hace unos días…el viernes, para ser más exacta, me encontré con Carolina. Ella es una amiga con quién compartí momentos de esos inolvidables (me refiero al colegio). Fue mi amiga durante casi 7 años y gracias a ella descubrí que tengo la capacidad de hacer reír a la gente y que eso me hacía feliz.

Ella… es una persona excepcional, una de esas personas de las que es imposible olvidarse, llena de valores y cosas bonitas que hacen que una persona valga la pena de verdad. Muchas tardes las pasé en su casa, hablando si parar y sonriendo cada segundo. Estuvo a mi lado en muchos momentos horribles de mi vida y nunca dejó de apoyarme.

Por esas cosas que uno nunca termina de entender, después de salir del colegio nos fuimos separando cada día más. Pasaban meses enteros sin que habláramos. Sin embargo, yo intentaba mantener contacto con ella… la llamaba, le hablaba en Messenger y a veces respondía y por momentos lográbamos conectarnos de nuevo y sonreír un poco. Desde hace unos dos años para acá, ella no contestaba el teléfono y cortaba rápidamente las conversaciones. Yo, como siempre, juzgando ‘a-priori’ asumí que lo hacía por evitarme o porque, como dice mi mamá, ‘se volvió de mejor familia’. Así pasó el tiempo y yo renuncié a buscarla más y sin buscarla la encontré el viernes.

Fue un encuentro común de:
- ¡Hoooola! Tiempos sin verte y bla, bla, bla…
Hasta que yo pregunté por la familia…más puntualmente por la mamá…ella bajó la cabeza un poquito y me dijo, ella murió en agosto.

Todavía no sé qué sentí… ante todo una vergüenza absoluta. ¿Cómo era posible que yo no me enteré, cómo así que no estuve con ella mientras pasaba por ese momento…cómo pude llegar a ser la peor persona del mundo…por qué nunca me preocupé por sus silencios…por qué ella no me había permitido acompañarla?

El dolor (en el alma, supongo) se hizo enorme…no sabía qué decir. Solo atiné a darle un abrazo y a balbucear un pendejo y trillado ‘lo siento’…y ella pensaría (con toda razón) que no lo siento, que soy una más de las que le repite eso sin que sea realidad y que ya hoy se ha olvidado de lo que pasó. Y pues no, no lo he olvidado… al contrario, me pesa en la cabeza, en el corazón y en lo más profundo de mi alma…

Tengo ganas de verla de nuevo, mostrarle este post y decirle que de verdad, verdad siento haber permitido que se alejara, haberla abandonado, verla delgadita y acabada y notar que su sonrisa ya no es la misma y que las sonoras carcajadas que la acompañaban se han perdido en el tiempo…también quiero pedirle que me deje acercarme de nuevo a ella, después de todo, siento que puedo remediar en pequeña medida mi reprochable actitud.

Caro…LO SIENTO!!!
PS: Hoy, ni suerte ni goles... sólo un dolor ni el...

Soundtrack:
Eterna Soledad – Enanitos Verdes
Amigos – Enanitos Verdes
Cinderella - ¿?
Bent – Matchbox 20
Y por Caro…todo Coldplay…(Parachutes más que todas)

1 comentario:

Juan Felipe Chamorro dijo...

En este momento estoy en una situación similar con un compadre querido... te recomiendo que busqués a tu amiga.

Y también -y perdoná que me meta-, te recomiendo que empecés a pelear contra ese orgullo que decís tener. A los 21 años puede no ser tan tarde para hacerlo... te garantizo que te priva de muchas satisfacciones... y te lo digo yo, que aún a veces muestro rezagos de un orgullo tremendo que tenía...

Un saludo niña :)